Las cualidades específicas del jugador de fútbol son la fuerza, la velocidad, la resistencia y la flexibilidad/elasticidad.
Estas garantizan que el jugador pueda realizar esfuerzos breves, intensos y reiterados durante todo el partido, permitiéndole expresarse en todas las situaciones de juego.
En el contexto actual, la preparación física ocupa un lugar importante en el fútbol de alto nivel, ya que gracias a ella es posible constituir un potencial físico operacional a lo largo de toda la temporada. La preparación física personalizada permite un trabajo individualizado de puesta a punto, prevención y reacondicionamiento del jugador.
Con la evolución científica y tecnológica puesta a la disposición del preparador físico se puede hacer el trabajo de manera más precisa.
Se trata de desarrollar la fuerza, la velocidad, la fuerza explosiva y la resistencia, con coherencia y aprovechando las sinergias (figura 1). El objetivo es alcanzar un nivel de rendimiento en función del potencial de cada jugador y en beneficio del grupo.
El desarrollo de las cualidades físicas de los jugadores debe adecuarse al proyecto deportivo y
profesional. Con este fin, el cuerpo técnico busca los medios para que sus jugadores alcancen una condición física regular y constante en los partidos y a lo largo de la temporada.
La resistencia o capacidad aerobia
El desarrollo de la capacidad aerobia es una excelente preparación del “terreno fisiológico” del jugador de fútbol para poder desarrollar con toda seguridad la totalidad de sus otras aptitudes. En el gráfico de la figura 2, los depósitos representan la capacidad de los sistemas energéticos y los tubos simbolizan la potencia (PA / PAL / PAA). La capacidad aerobia es la aptitud del sistema de mantenerse durante un
tiempo prolongado utilizando la vía aerobia para el suministro de energía.
Se trata de desarrollar el potencial glucolítico y la dinámica enzimática específica de la glucólisis. En el sistema cardiovascular, exigido constantemente a esta intensidad, la capacidad cardiovascular mejorará a largo plazo gracias al aumento de las superficies y densidades capilares y mitocondriales. También se constatará un aumento de la densidad y la dinámica de las enzimas catalizadoras del sistema aerobio
al nivel de los grupos musculares más exigidos.

Resistencia
Esta es una cualidad fundamental para el rendimiento en el fútbol porque permite mantener el esfuerzo a lo largo de todo el partido. Gracias a ella, los jugadores también pueden demostrar sus cualidades técnico-tácticas.
La resistencia es una cualidad indispensable para optimizar otros factores del rendimiento del jugador, como la fuerza y la velocidad. Es fundamental para el desarrollo de todos los demás factores del rendimiento en el fútbol.
La resistencia aerobia adopta diversas formas en función del objetivo perseguido: trabajo de resistencia básica, capacidad aerobia, potencia aerobia, resistencia, optimación de la velocidad aerobia máxima (VAM) o también la velocidad asociada la VO2máx.
Diferentes formas de resistencia
La resistencia adopta diferentes formas que se pueden trabajar dando prioridad a una u otra según el período de entrenamiento. Cada forma de entrenamiento se desarrolla a un ritmo o a una velocidad precisos en función de la VAM correspondiente a la velocidad más baja para alcanzar la VO2 máx. o la frecuencia cardíaca máxima (FC máx.). Estos valores se deben determinar en una prueba previa de tipo continuo o intermitente.

Resistencia básica
Se trabaja a una velocidad superior al 50 % de la VAM y se utiliza generalmente al comienzo de la temporada para constituir la base de la condición física del jugador antes de efectuar sesiones de preparación física más específicas. El objetivo aquí es recuperar el peso ideal. Durante la temporada pueden utilizarse las sesiones de resistencia para mantener un nivel de resistencia básica necesario.
Capacidad aerobia
Se trabaja a una velocidad del 70 % al 85 % de la VAM. Se recomienda basarse en frecuencias cardíacas de 150 a 170 latidos por minuto. Se utiliza también al comienzo de la temporada sobre la base del trote para preparar el terreno fisiológico, desarrollar las estructuras fisiológicas específicas de la resistencia y encontrar un ritmo respiratorio agradable y adecuado. El ciclo es muy corto, dura alrededor de 2 a 3 semanas. La capacidad aerobia se conoce también como intensidad para la recuperación y se trabaja en referencia a la FC, la VAM o los umbrales. La sucesión de partidos y entrenamientos contribuye a mantener la capacidad aerobia en su valor óptimo. La aerobia es la vía energética que permite llevar a cabo ejercicios de muy larga duración e intensidad moderada. Se caracteriza por dos cualidades: la denominada “resistencia aerobia” y la potencia aerobia.
Lo que se pretende es preparar el terreno fisiológico. Para ello, los diferentes componentes del sistema cardiovascular son solicitados en tres, cuatro o cinco sesiones de entrenamiento por microciclo, o incluso más. El objetivo es conseguir modificaciones y adaptaciones fisiológicas que puedan responder eficazmente a las exigencias impuestas por la “cilindrada” del jugador de fútbol. Se trata de desarrollar el potencial aerobio sobre el cual se basarán cualidades físicas como la velocidad, la fuerza y la resistencia.
Potencia aerobia
La potencia aerobia corresponde a la intensidad a partir de la cual se optimiza el potencial de resistencia aerobia. Es la capacidad de mantener un ritmo de carreras de alta intensidad. Se trabaja a una velocidad del 90 % al 120 % de la VAM. Se desarrolla a partir de la segunda o tercera semana de entrenamiento, aumentando la intensidad, la duración y el número de bloques de trabajo, así como adaptando la forma de trabajo. Los ejercicios más utilizados son los intermitentes de carreras de corta duración en línea recta
y después de ida y vuelta, a lo largo de la temporada. Son fundamentalmente ejercicios intermitentes de tipo 30-30, 45-15, 20-20, 15-15, 10-10 y 5-25 (tiempo de trabajo-tiempo de recuperación en segundos).
Entrenamiento de la resistencia
El período de entrenamiento de la resistencia se extiende, por regla general, a lo largo de unas siete semanas de preparación. Comprende dos semanas de trabajo de resistencia básica y capacidad aerobia, cuatro semanas de trabajo específico de capacidad aerobia y potencia aerobia y una semana de puesta a punto para la preparación a la competición.
Trabajo en los umbrales
El trabajo en el umbral láctico 1 (aerobia) y el umbral láctico 2 (anaerobia) es un método utilizado muy comúnmente para desarrollar la resistencia. Los valores de lactatemia, de frecuencia cardíaca o de velocidad se relacionan con la noción de los umbrales para determinar las intensidades de entrenamiento que se pretenden alcanzar (figuras 3 y 4). Es más fácil trabajar a partir de datos de frecuencia cardíaca o
velocidad, para atribuir un medio de control de la intensidad, la carga del ejercicio o el entrenamiento.
El umbral láctico 1 corresponde a intensidades comprendidas entre el 80 % y el 90 % de la FC máx. o el 65-75 % de la VAM; el umbral láctico 2 corresponde a intensidades del 90-97 % de la FC máx. o el 80-90 % de la VAM.
La resistencia básica (o la recuperación) se trabaja a intensidades del 50 % al 60 % de la VAM. Las intensidades por encima del 90 % de la VAM corresponden a un trabajo de potencia aerobia. Sin embargo, la solicitación predominante de la vía anaerobia depende de la intensidad del trabajo y debe situarse, como mínimo, al 100 % de la VAM.
Entrenamiento físico integrado y resistencia
La optimación de la resistencia es una condición necesaria para alcanzar un mejor rendimiento en el fútbol
durante toda la temporada. Existen diversos métodos para desarrollar la resistencia: el entrenamiento continuado, intermitente, fraccionado o la preparación física integrada.
El entrenamiento en forma de juego con efectivos reducidos permite desarrollar las cualidades de resistencia del mismo modo que un entrenamiento continuado o intermitente. El juego con efectivos reducidos presenta la ventaja de aumentar la VO2máx., permitiendo trabajar los aspectos tácticos y técnicos en el jugador y en el equipo.
El juego con efectivos reducidos se define como una oposición numérica equilibrada o no, con reglas de juego
modificadas en comparación con las que se aplican en un partido. Es asimismo un trabajo en el que se puede desarrollar la capacidad aerobia del jugador. Los valores de frecuencia cardíaca media obtenidos en los juegos con efectivos reducidos representan el 85 % de la FC máxima.
Un entrenamiento específico a base de juegos con efectivos reducidos de 5 contra 5 permite trabajar con valores de frecuencia cardíaca equivalentes a los que se obtienen en los ejercicios intermitentes de corta duración. En los juegos con efectivos reducidos de 6 contra 6 y de 3 contra 3 pueden
alcanzarse valores de frecuencia cardíaca equivalentes al 85 % y 90 %, respectivamente, de la FC máxima.
Las condiciones de juego, como la presencia del balón y del portero, las dimensiones del terreno, la naturaleza del rival, el juego con jugadores de apoyo, la duración del juego, el número de toques del balón, la disponibilidad de balones, el intervalo de trabajo y de recuperación, el uso de metas pequeñas o grandes y los límites de zonas son factores que permiten regular la intensidad del esfuerzo de los juegos con efectivos reducidos. Por regla general, la intensidad será más fuerte si se trabaja en un terreno de pequeñas dimensiones y sin porteros, pero con un efectivo importante, un juego de zona, con balones disponibles, pequeñas metas y una oposición individual.